El gran puzle

En el universo todo encaja como un gran puzle multidimensional.

Todas las piezas están interconectadas y todo tiende al equilibrio, de la misma manera  dos sonidos con una frecuencia distinta tienden a equilibrarse en una misma frecuencia. Así actúa la naturaleza con los seres humanos y así actúan los seres humanos con la naturaleza, acción-reacción o causa-efecto.

Cuando nos sentimos bien, las personas que están alrededor lo notan y se sienten bien. También lo notan los animales, las plantas y la tierra. De la misma manera ocurre  cuando nos sentimos estresados o dolidos. La naturaleza compensa nuestra frecuencia en un sentido u otro para volver al equilibrio, por ejemplo si estamos estresados el sonido o la visión de la naturaleza nos relaja volviendo al punto cero de equilibrio. Esta compensación también se da en sentido contrario.

Según los científicos la tierra tiene su propia frecuencia pero en los últimos años esta frecuencia ha ido aumentando. Los seres humanos tenemos que adaptarnos a esa nueva frecuencia para conseguir un nuevo equilibrio. Parece ser que el cambio de frecuencia es debido que la tierra en su viaje alrededor de la galaxia se encuentra en estos momentos atravesando el ecuador de la misma. Nos dicen también que el aumento de frecuencia puede provocar la inversión de los polos magnéticos de la tierra y que ésta sería una de las explicaciones de los cambios en el clima, los terremotos,.. Por supuesto que las acciones del hombre sobre la tierra empeoran esos cambios, pero el ajuste que estamos teniendo a nivel de frecuencia los está acelerando. Este cambio implica que partes de nuestro cerebro que antes no sabíamos que estaban ahí se han activado y empezamos a darnos cuenta de lo que está pasando.

Estamos despertando y nos damos cuenta de que no somos el resultado de lo que pasa afuera sino que lo que pasa afuera es un espejo de lo que pasa en nuestro interior, lo que es arriba es abajo dirían otros. Dicho de otra manera que todo lo que sintamos, expresemos, y hagamos afecta a lo que nos rodea. No es que antes no lo hiciéramos así sino que ahora nos damos cuenta de que siempre lo hemos hecho así. Jesús dijo cuando lo crucificaron: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”, o algo así. Es decir, que hace 2000 años los seres humanos no se daban cuenta de cómo afectaban sus actos. Hemos tardado todo ese tiempo para empezar a darnos cuenta.

Los mayas como grandes astrónomos descubrieron los ciclos del planeta en la galaxia y marcan en el final del año 2012 el cambio de ciclo, el fin del ciclo actual y el inicio de un nuevo ciclo. Lo único que significa eso es que volvemos a pasar por el mismo punto de la galaxia después de 26.000 años, creo, y volveremos a pasar por ahí otra vez y otra como la noche y el día, como las fases lunares o las estaciones en un año. Es posible que todos los seres del planeta y la propia tierra al adaptarnos a esos cambios de frecuencias suframos pero ocurrirá lo mismo que con el día y la noche, después de unas horas de oscuridad volverá la luz del día.

La tierra se está ajustando el nuevo traje para lucir espléndida en el nuevo ciclo. Los seres humanos seguimos en nuestro proceso evolutivo de vuelta al origen y en esta fase de despertar o darnos cuenta empezamos a hacer consciente lo que somos, piezas del gran puzle que necesita vibrar en una frecuencia diferente para formar la imagen global.

Al empezar un nuevo ciclo debemos vibrar en la frecuencia inicial y esa frecuencia original no puede ser otra que la de la paz y el amor.     

Con nuestros actos, sentimientos y pensamientos variamos nuestra frecuencia y de esta manera modificamos la frecuencia en todo lo que nos rodea pero, como todo está interconectado el cambio puede extenderse a cualquier lugar y producirse con una intensidad que se multiplica o se reduce en función de la frecuencia de las piezas que se encuentren por el camino. Por ello, si queremos que todo vibre en paz y amor debemos emitir esa frecuencia. Si nosotros nos encontramos en paz y nos sentimos bien con nosotros mismos, nuestra nota será esa y lo que nos rodea tendrá esa misma frecuencia. Si somos muchos los que nos sentimos así todo lo que nos rodee se sentirá así y cuando se alcance un número determinado de seres emitiendo esa misma frecuencia haremos que esa frecuencia se comunique a través de las interconexiones del puzle a todo el planeta, a todo el universo, a todos los planos dimensionales. Lograremos así un nuevo equilibrio. Sólo podemos dar lo que tenemos. La frecuencia que emitamos volverá a nosotros multiplicada, por lo que si quieres recibir paz y amor solo cabe emitir en esa frecuencia, lo que des lo recibirás. Haz todo lo que esté en tu mano para sentirte en paz, ámate, sé feliz y tu frecuencia será esa y los demás la percibirán, y la naturaleza la percibirá, y el planeta la percibirá, y el universo la percibirá y tú la percibirás.

Todos los mecanismos del universo se han puesto en marcha para que ese cambio se produzca y debes saber una cosa, no se puede parar.

Descubre tu poder. Tú eres el creador de todo lo que te rodea. Todo lo que ves fuera lo tienes dentro. Si dentro hay amor, paz y equilibrio fuera tendrás lo mismo.

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