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Mostrando entradas de mayo, 2015

Cuando la vida te sorprende

Hola Cuantas veces hemos dicho ante algo que nos sorprende: "no me lo esperaba", o "¿Qué habré hecho para recibir esto?" o cualquier expresión similar. Seguramente, muchas, incluso hemos rechazado lo que nos llega pensando que no lo merecíamos. Siempre el filtro de la mente, no sea que lo que llegue sea "perjudicial".  Todo lo que nos llega tiene su origen en nosotros y se presenta en el momento más adecuado por mecanismos que solo el universo conoce. El universo nos trae lo que pedimos, él no entiende de bueno o malo, esa etiqueta la pone nuestra mente. A pedido realizado, pedido concedido y entregado. En nuestra conciencia temporal puede que transcurra un periodo de tiempo entre la petición y la llegada de lo pedido. Es tarea nuestra recibirlo pero como lo hagamos es cosa nuestra. Nos gustaría conocer los mecanismos por los cuales llega lo que solicitamos sobre todo para lo que consideramos como bueno. Pero, esto no funciona de la misma manera p

Prefiero amar a tener razón

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Como título de esta entrada utilizo una frase de Luis Jimenez (Escuela Andalusí), "Prefiero amar a tener razón", que ha sido durante mucho tiempo una "razón de ser" para mí. Las últimas experiencias vividas me han hecho darme cuenta que solo era eso una razón más, algo que justificaba mis decisiones pero que que realmente no aceptaba. He decidido hacer y aceptar lo que dice Luis, amar por encima de tener la razón. No es fácil, me sigue costando aceptar eso de no tener razón. En todo hay que priorizar y lo siento por los que siguen prefiriendo tener la razón, pero me bajo de ese tren para iniciar el camino caminando con mis propios pies, amando todo lo que me rodea y eso te incluye a ti que me lees y a ti que me escribes. Ahora de manera consciente elijo amar por encima de todo, amar como única opción. Entender la vida como algo separado me hacía ver la necesidad de tener la razón como forma de justificación y de reconocimiento de mi mismo. Tener la razón necesita

Maldito orgullo, benditos montes

Hola a tod@s Siento rabia al darme cuenta de que el orgullo me impide aceptarme y aceptar lo que recibo del mundo. Hace poco hablaba con unos amigos de que uno de mis miedos, sino el principal, era la falta de reconocimiento, necesito que otros me reconozcan para no sentirme vacío. El orgullo me hace ver otra vez que son los demás los que me han de reconocer cuando yo no soy capaz de reconocerme. Esta emoción me limita, bloquea y me impide ver. Acepté la soledad de no ser un niño buscado (vine a este mundo de "rebote"), acepté la soledad de tener (o crear) una enfermedad que me alejaba de los demás y me lo creí, casi 40 años pensando que todo en mi vida lo tenía que hacer solo como si fuera cosa del destino. Pero no, ahora, me doy cuenta de que yo elegí esa vida de "soledad" para , tal vez, llegar a este momento, y poder decir, a grito pelado que no necesito estar solo, que no estoy solo, que soy uno con los demás. Pero queda la última batalla esa que voy a

Movimiento

La vida es movimiento Todas las células de nuestro cuerpo están en constante movimiento. Nuestra mente y nuestras emociones se mueven. Los pensamientos y las emociones pasan de largo o se quedan durante un tiempo revolucionandolo todo. No hay nada que esté parado, aún así nos resistimos a cambiar cuando el cambio es realmente lo único sucede. Tenemos la creencia de que tenemos que ser íntegros y no cambiar, por eso nos esforzamos y nos obligamos en mantenernos así, "sin cambiar"; pero eso es una incoherencia con la vida,  ¿Queremos parar la vida?