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Mostrando entradas de febrero, 2020

¿Sentido de normalidad?

En el anterior post proponía como pregunta clave ¿Dónde te encuentras? como algo que te sacará de muchos problemas. Se trata de situarte, de ver el punto de partida en el que estás para poder entender porque tus reacciones son las que son o porque no ves con facilidad las soluciones o, todo lo contrario, porque no reaccionas o encuentras a la primera las soluciones. Donde te encuentras es en suma quien eres en este momento. Parece evidente que conocer quien eres en este momento es importante, es necesario hacer una mirada hacia adentro en un instante para poderse ver y actuar conscientemente. No resulta nada fácil, estamos acostumbrados a no mirarnos, forma parte del inconsciente colectivo el no mirarnos, miramos fuera y nos cuesta mirarnos, no se trata de ver nuestra imagen en un espejo, es vernos en nuestra totalidad, no solo la materia sino también lo que contiene esa materia, emociones, pensamientos, creencias, ... Saber donde estamos no es la respuesta, solo es el punto de pa

Reflexiones sobre lo normal

A propósito de una vida normal Gastamos tanta energía en mantener nuestro mundo, o más bien, en mantener la idea que tenemos del mundo que queremos que éste nos recompense por esa energía gastada. Siguiendo con la idea del post anterior, tenemos que esforzarnos tanto por mantener el mundo tal como lo concebimos que necesitamos que el mundo nos lo devuelva. El esfuerzo y el sufrimiento lo concebimos como un dar al mundo y generamos en él una deuda hacia nosotros. Aunque resulte paradójico nos sentimos incapaces de hacerlo por nosotros mismos y queremos que sea el mundo quien nos lo haga. El punto máximo es que cuando lo recibimos nos sentimos mal porque sentimos que no lo merecemos, nos sentimos en deuda con el mundo, nos deben, pero nos sentimos en deuda, la deuda se compensa con más deuda. Entramos en un mundo de deudas hacia un lado y hacia el otro.Y todo sale de ahí donde piensas. Los pensamientos nacidos de ahí nos hacen creernos que valemos lo suficiente como para recibir y

Esta vida es demasiado normal

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Admitimos como normal la lucha, la competencia, el esfuerzo y el sufrimiento. Vivimos el día a día con eso grabado a fuego, con el agravante de que lo vemos como necesario para ser felices. Es tan normal para nosotros que vemos como una amenaza todo lo que no sea eso. Lo tenemos tan integrado que nos dirige desde el inconsciente actuando como un ser autónomo que manda en nuestra vida. Tan y tan integrado que todo lo que vemos fuera lo conseguiremos como premio a ese esfuerzo y ese sufrimiento para ser feliz. Pero tan integrado que ya forma parte de nuestra identidad, somos lo que somos gracias a ese esfuerzo y sufrimiento. Si puedes pararte un segundo puedes ver como actúa en cada una de tus decisiones. Al mismo tiempo somos incapaces de ver el esfuerzo que debemos hacer para mantener esa idea vigente en nuestra vida. Eso nos quita energía para otras cosas, por lo que vemos lógico, ya que se justifica con ello, que no hacemos lo suficiente y necesitamos esforzarnos más para cons