Yo soy el camino...

Buen día caminantes y compañeros de viaje.
Hoy os comparto un conjunto de sincronicidades que me ocurrieron unos días atrás en Getafe (Madrid), concretamente, en el Cerro de Los Ángeles. Fui a pasar los días del puente de San José con mis hijos a un parque temático cerca de Madrid y me alojé en un hotel de Getafe. Al buscar información en Internet del hotel vi que cerca se encontraba el Cerro de Los Ángeles.

El domingo por la mañana nos levantamos pronto y como venía de camino nos acercamos al Cerro. Allí se encuentra el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús, la ermita dedicada a Nuestra Señora de los Ángeles, un convento y un seminario, además de las bonitas vistas de la zona por sus 666 metros de altura y ser el punto más alto en kilómetros. A este tipo de cerros se les llama cerros testigo. No soy precisamente religioso pero sé que estos lugares se impregnan de la energía de las personas que lo visitan, además del hecho de que se han construido en lugares únicos por su propia energía o por lo sucedido en otras épocas como apariciones y milagros. Esperaba solamente encontrar un lugar de paz pero encontré, o más bien, confirmé algo más.
Primero os contaré que el Cerro se ha considerado tradicionalmente como el centro geográfico de la península ibérica; si habéis leído alguna entrada anterior en este blog os hablaba de situarse en un punto central y tomar una actitud de observador de lo que sucede a nuestro alrededor como postura para encontrar la paz, el equilibrio y, por supuesto, la felicidad. El cerro representa físicamente esto.
La leyenda dice que la talla de la Virgen apareció en ese lugar y aunque ha sido robada en varias ocasiones ha vuelto a aparecer en el mismo sitio original como indicando que su lugar es ese y no otro.
El monumento del Sagrado corazón fue destruido durante los años de la república y reconstruido después. Debajo del monumento está la basílica en la que encuentro la principal de las confirmaciones. En la cúpula, justo debajo del monumento, está escrito lo siguiente:

"Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mí Padre." (Jn 14.6)

El sentido que tienen estas palabras de Jesús escritas en el Evangelio de Juan para mí, es que el Yo, somos cada uno de nosotros (Jesús fue uno de nosotros) y el Padre es el universo, la Unidad, el Todo lo que es, el Uno, el Amor, por lo que no podemos llegar a la unidad sin conocernos nosotros mismos. El camino somos nosotros, la verdad es nuestra verdad y somos la vida. Ya lo decían los griegos "Conócete a ti mismo".
No podemos llegar a Ser lo que somos si nos empeñamos en "ser" otra cosa, en buscar fuera lo que sólo está dentro. Una reflexión más: si soy la vida, mi actitud hacia ella es mi actitud hacia mi mismo. Acabo de descubrir que me amo muy poco, que no he observado mi actitud hacia mi mismo hasta ahora y que me he hecho mucho daño durante esta "vida".
Creo que me he desviado del Camino durante años y que la Vida ha intentado conducirme otra vez al Camino, dicho con otras palabras, Yo estoy siendo cada vez más lo que Soy.

Por otro lado, la semana pasada leo en el blog Semillas Solares una entrada interesante con una entrevista a Alejandro Jodorowsky sobre los nombres y su significado y como una señal vienen más sincronicidades con el Cerro. La ermita está dedicada a Nuestra Señora  de Los Ángeles, mi hija se llama Ángels, mi hijo se llama Pau que se puede traducir por Pablo y también por Paz. Los italianos llaman al lunes de Pascua el Lunes del Ángel que es el próximo lunes. Los ángeles los podemos considerar como mensajeros de Dios, así que he sentido que mi visita al Cerro es un mensaje de los ángeles, o si lo prefieres un mensaje de mi interior para que recupere mi Camino.

Otro detalle que posiblemente se sale de lo anterior pero lo comento,en Internet aparece el Cerro de Los Ángeles como un lugar donde se práctica sexo libre entre personas desconocidas, donde no importa quien eres o que trabajo tienes, solo personas que libremente practican sexo. No te quedes con el hecho de los encuentros sexuales, quédate con lo de que es libre. Esta reflexión no es mía es de mi mujer quien por cierto se llama Lourdes y como la Virgen ha vuelto a aparecerse y está recuperando su Camino.  

No te quedes con las palabras quédate con lo que te indican a ti. No camines el camino de otros, no te creas la verdad de otro cree la tuya, vive, sé.

Siendo cada vez más.

Joaquín    

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