Sanar

Estamos solos en esto del sanar y cuanto antes lo comprendamos antes sanaremos.

Nadie puede sanar a otro, solo puede sanarse él. Los demás son espejos de lo que debemos sanar en nosotros. Del mismo modo nosotros hacemos de espejo para los demás para que puedan ver lo que tienen que sanar.
Aquí utilizo sanar en el campo emocional y mental, no tanto en el físico, aunque cualquier conflicto en el campo mental y/o emocional tiene su reflejo en el físico, por tanto una sanación a nivel emocional y/o mental tendrá su traslado en el nivel físico. Cuando haya un deterioro físico habrá que reparar también el físico pero acompañado con la sanación mental y/o emocional para evitar su repetición y para acelerar la recuperación al no bloquear la reparación del cuerpo.

Los demás pueden guiarte y mostrarte el camino para que te des cuenta de lo que tienes que hacer y es aquí donde interviene tu voluntad de querer verlo o no. Si no quieres ver o te niegas a aceptar lo que ves estarás obstaculizando tu sanación.

Este debería ser el trabajo de un terapeuta, hacer de espejo para los demás, guiar y acompañar al otro para que se dé cuenta y, si es necesario, ayudar físicamente, pero sin crear dependencias ni apegos.

Cualquier persona que haya en tu realidad puede ser un terapeuta para ti aunque no tenga estudios o títulos en la pared que así lo indiquen. Otro tema será que tu quieras verlo de esa manera.

Así que no esperes que otro, o yo mismo, te sane, porque solo puedes sanarte tu, si quieres, en eso reside tu libertad.

   

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