Paradojas del destino

Todo me lleva a este momento, este es mi destino.

¿Hay un momento diferente a este en el que pueda vivir mi destino?

No lo hay, solo puedo vivir este momento, este instante en el que todo se da al mismo tiempo. Pero, es tan efímero, necesito que dure, necesito un momento más largo porque mi destino se escapa de mis manos, ya se fue. Y si no me gustó, querré otro momento, y otro, para vivir mi destino.

Es la eterna pregunta del quién soy o para qué estoy aquí y solo encuentro una respuesta:

Para vivir este momento

Ese es mi destino.

Esta respuesta llena de vacío mi vida, más bien el vacío se da en lo que creía que era mi vida, y eso, me da vértigo porque mi vida está basada en todos mis recuerdos, en mis creencias, en lo que yo interpreté que era mi vida y que guardé como una película. Todo conformaba una red que me recogería si hubiera decidido saltar. Pero no existe, nace y muere en cada instante, solo fue una posibilidad de vivir cada momento fruto de las elecciones que tomé.

Siento tristeza y un dolor hueco en la zona abdominal, tal vez porque es algo que me cuesta asimilar.

Mientras escucho música de piano y saxofón en mi ordenador noto que me cuesta tragar, mi cuerpo no está acostumbrado a esto. Pero quiero sentirlo, quiero permitirme ser este momento en el que tecleo estas letras. Quiero ser mi destino.

El viaje se acaba aquí, más bien no existió la distancia y no existió el tiempo, solo un darme cuenta de lo que no me permití ver hasta ahora.

Gracias por acompañarme.

Hasta el próximo momento, tal vez, el destino nos vuelva a unir.


Amo este momento

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