Aquí estoy

Visto el tiempo transcurrido desde mi última entrada en este blog me ha surgido la idea de revisar que es lo que ha pasado en este tiempo y que hay de diferente hoy. 

Lo evidente es que han pasado 6 meses de tiempo, un tiempo ilusorio pero necesario, un tiempo en el que darme la posibilidad de darme cuenta. Hasta ahora os compartía experiencias y reflexiones pero no las compartía con la única persona que realmente importa, yo. Ha sido un periodo de introspección y autoindagación en el que no ha sido necesario irse a ningún retiro o esconderme en ninguna cueva a meditar, más bien, ha sido un salir de la cueva y ver el exterior. Ha servido para entender que todo lo que compartía era aplicable en mí porque ese era el único camino para darlo después a los demás. No sé si ha habido una transformación y ahora soy otro diferente, pero si que hay un proceso de transformación. Todo en la naturaleza está en constante evolución con procesos de solve y coagula que no paran nunca. Los momentos de cristalización en sal son como puntos de apoyo desde los que ver en qué punto del proceso estoy pero, querer mantener ese punto en el tiempo implica parar la evolución natural, parar el proceso. Ese parón fue como dejar de servir, yo ya no servía.
Ya no me sirve adoptar el personaje que me había creado, ese que aún conociendo muchas cosas adolece de sabiduría, no me he dado la oportunidad de saber. Durante este tiempo he dejado fluir muchas cosas y el resultado es que han dejado de influir en mí, tal vez porque ya no eran necesarias o mejor, porque habían hecho su trabajo y aprendí la lección. 
He dejado de ver la vida como espectador para verla como protagonista, permitirme jugar y disfrutar. He entendido que vivía la vida a medias, separándome del mundo que yo mismo estaba creando con mis pensamientos. al único al que no le daba era a mi mismo, no recibía nada de mi y al no recibir me auto manipulaba diciéndome que no tenía nada que dar cerrando el bucle. Sólo era mero transmisor de lo que a mi llegaba compartiéndolo con los demás, pero al no integrarlo en mi, por miedo o por orgullo, no dejaba que el Ser diera de sí mismo, lo que compartía era siempre de los demás, lo que llegaba a ese cristal era reflejado hacía los demás. La luz de la luna no es suya es la luz del sol que se refleja en ella. Mi luz nunca salía de su escondite porque se sentía protegida, como la Luna, ese gran refugio donde nos sentimos confortables pero que nos impiden ver más allá. Veía mi Luz con miedo, si mi Luz salía sería juzgado y sufriría por lo que siempre evitaba exponerme ante los demás. Como la Luna no me dejaba ver solo se veía de mi lo que a mi llegaba, me asustaba que me vieran como realmente soy. En definitiva, estaba tapando mi propia Luz. Esa manera de vivir me impedía cumplir Mí vida y como un circulo vicioso me quitaba la ilusión por vivirla.

Quiero recuperar la ilusión por la vida, pero no por los demás sino por mí. Quiero que mi Luz se exprese aunque siga teniendo miedo.

Quiero de una vez, ocupar un espacio, un tiempo, porque soy imprescindible, sin el sonido de mi nota la orquesta no suena igual. Suena egocéntrico pero el ego, como humilde, servidor sirve para eso.

En realidad yo soy el centro de mi mundo y puedo dejar que las cosas sucedan o hacer que sucedan.

Aquí estoy 

Si la Luna emitiera su Luz el Sol tendría que mirar hacia otro lado.

Tomo la iniciativa en mi vida.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuerpo vs Mente

Notas del ser (75) Encaje

Cartas a mí mismo 8