Peter y el espejo

Ejercicio práctico:

Sitúate delante de un espejo. No es necesario que sea de cuerpo entero, el del baño puede servir, bueno, en realidad, cualquiera te servirá. En ese instante que te ves reflejado no tienes duda, quien se refleja en él y su reflejo son la misma persona. Has llegado a esa conclusión, tú solo, sin necesidad de ningún manual de instrucciones, curso o técnica, alguien te dijo cuando eras pequeñ@ que ese al que veías en el espejo eras tú, seguramente tu madre o tu padre o algún familiar cercano o, tal vez un amigo. Te lo creíste de tal manera que cada vez que te reflejas en un espejo te ves. Sigamos con el ejercicio.

Delante del espejo, hazte esta pregunta: 

¿Soy yo?

Observa tu respuesta.

¿Realmente lo eres?

Mañana vuelve a hacerlo

¿Cambiará tu respuesta?

Ahora imagina que esto lo llevas haciendo todos los días de tu vida desde el primer día que te lo creíste

¿Tu respuesta hubiera sido diferente a la de hoy?

No tengo la respuesta pero me da a mí que la respuesta hubiera sido, es y será la misma, sí. Pero, si hoy vemos reflejado una imagen de hace años como cuando vemos una fotografía o un vídeo, diríamos ese era yo de pequeño, de joven, cuando me casé, me divorcié, ... tiraríamos de recuerdos y lo veríamos como alguien separado de nosotros, la respuesta a la pregunta anterior podría ser que ese no soy yo o sí con matices temporales. Si pudiera ver una foto del futuro, el resultado sería el mismo, ese no soy yo. Todo lo que vemos separado de nosotros lo vemos como que no somos nosotros pero, en cada momento delante del espejo la respuesta es que sí, ¿como puedo cambiar ahora? 
Yo digo que sólo podemos responder con un sí en ese mismo instante cuando el yo de ese momento se ve reflejado en el espejo, por tanto, los recuerdos y la imaginación no soy yo, es en todo caso el yo de otro momento pero no el de éste.
Todo lo reflejado en el espejo soy yo de ese momento. El único que puede vivir ese momento soy yo,
un recuerdo de mí o una idea de futuro no soy yo porque no se reflejan en ese momento en el espejo. Podría decirse que no existen. Ese yo que se ve en el espejo enfrente es quien vive este momento.

Ahora, en este momento, observa, el mundo que ves en el espejo, todo lo que puedes ver delante de ti es lo que reflejas, no hay más, eres tú, el de ese instante, pero eres tú. Si algo no te gusta mira hacia adentro porque hay algo de ti que no te gusta, tal vez, lo has escondido en tu inconsciente. Si algo te gusta, mira también hacia ti porque hay algo de ti que te gusta y si lo ves separado de ti, tal vez, está escondido en tu inconsciente. No puedes ver nada que no esté en ti porque sino no saldría reflejado en el espejo.

La no aceptación de lo que ves reflejado en el espejo te lleva a buscar fuera lo que crees que no tienes para ser mejor, o a esconder lo que crees que no te gusta para dejar de ser así. Esto implica eliminar la idea del espejo y verlo todo separado de mi. No ver que todo lo que tengo delante soy yo supone separarme de mi. No puedo ser yo si me veo separado de mi. 

D e j a m o s  d e  c r e e r  e n  e l  e s p e j o.

En el extremo opuesto donde hay separación, donde se siente y se vive la aceptación también se deja de creer en el espejo pero de otra manera. Ahí está mi amigo Peter, él no necesita espejo ni creer en él, Peter sabe que lo que ve en el mundo es realmente él, no hace falta creer en lo que uno ya sabe, solo se vive.  
Un breve apunte, aquello que nos dijeron también de pequeñ@s "Dios creó al hombre a su imagen y semejanza" no tiene nada que ver ¿O sí?

Todo lo expuesto se basa en el espejo pero

¿El espejo existe?

Sí, y soy yo. 

Eso lo diría Peter, a mí, todavía me cuesta.

  

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuerpo vs Mente

Notas del ser (75) Encaje

Cartas a mí mismo 8