Sentido

Empezó 2020. Año de reinicio.

2019 ha sido un año de encuentros y de cambios. De volver a verme y de encontrarme, con cambios internos que en muchos casos se han trasladado al exterior.
Ha sido un proceso intenso en ocasiones y más tranquilo en otras. Ahora que escribo siento que mi mente y mi cuerpo siguen obstaculizando, pero ahora hay en mi un otro que ve esto como una oportunidad. Me lo tomo como los últimos coletazos de mi personaje, ese que hasta hace poco era todo lo que era yo. Ahora sé cuando actúa y cuales son sus características. Ahora veo que hay algo más que el personaje que creé y que seguramente seguiré creando. Detrás de mi creación estoy yo, el ser que soy y a un lado de éste está el cuerpo que habito. 
Durante 2019 se han ido produciendo despertares en mí que más que cambiarme me han hecho verme al completo: ser, humano y personaje. Ante esta nueva visión de mí el personaje se defiende porque ahora ya no es el centro de atención, de éste puedo decir que odia los cambios si no son iniciativa suya.

La mente humana necesita tener las respuestas a las preguntas que solo se hace ella como: ¿Quién soy?, ¿De dónde vengo?, ¿Por qué estoy aquí?, ¿Adónde voy? y otras similares.
La mente necesita encontrarle el sentido a todo. He descubierto uno que te libera de los demás, encontrar el sentido de tu vida. Más que liberar lo que hace es generar libertad y paz en ti. El resultado te hace encontrar tu sitio en la vida y pierdes el miedo a verte, a que te vean y a expresarte.

El sentido de tu vida da paz, si no es así o esta es pasajera, posiblemente no es tu sentido, tal vez hayas tomado uno prestado. Cuando lo tienes empiezas a encontrarle sentido a todo lo que te ha pasado o te está pasando en tu vida. La mente entonces recibe respuestas generando más paz. Al mismo tiempo te abres a verle el sentido a todo lo que sucede ya seas protagonista directo o no. Encuentras, incluso, más facilidad para ayudar a los demás en su búsqueda. Los miedos, que no son más que esa falta de respuestas que tiene la mente, se van diluyendo. Va ser difícil abstraernos de todo lo que pasa, pero de alguna manera dejan de afectarnos muchas cosas que suceden. Todo esto y más se va autogenerando y no hay vuelta atrás. 
El sentido de tu vida es un punto sin retorno, el personaje te lleva hasta él y una vez allí empieza su disolución. Hay un camino de vuelta, pero ya no lo hace el personaje, lo haces tú. La disolución total del personaje se da con la muerte del cuerpo, del humano, pero mientras dure el camino de vuelta hasta la muerte física es el ser el que dirige los pasos.

Ahora atiendo a los sueños, a las señales, al corazón y la mente cada vez más respondida lo permite.
No sé en que punto me encuentro, pero un día decidí que debía ayudar a otros a encontrar su sentido y me imagine en el punto de no retorno echando una mano a los que decidían volver, pero no puedo  hacerlo porque mi punto de no retorno no es el de los demás, cada uno tiene el suyo Así que, he iniciado mi camino de vuelta y voy acompañando a otros en la dirección que necesiten para que puedan encontrar lo que buscan. Ese es mi sentido.



  

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuerpo vs Mente

Notas del ser (75) Encaje

Cartas a mí mismo 8