¿Y ahora qué?

Buenos días, abrazos y saludos

Le damos tanto poder a la mente que nos cuesta expresar cualquier idea o pensamiento y muchísimo más si hablamos de un sentimiento o de una emoción. La mente programada como diría Jorge Lomar es la que controla y si le dejamos nos anula y nos deja en un segundo plano. Si le dejamos el control a la mente, ella asume el poder de nuestra vida.
Esta ha sido mi experiencia en los dos últimos meses. Me ponía delante del ordenador para escribir alguna entrada y no sabía de qué iba a escribir y lo peor es que terminaba por no escribir nada. Quiero pensar y así también lo he sentido en algunas ocasiones que no había nada sobre lo que escribir, pero también es cierto que en otras ocasiones la misma mente a la que me abandonaba desviaba mi atención hacia otra cosa y terminaba por no escribir. Y experiencias las ha habido pero han tenido un efecto más interno que externo. Se han traducido en una mayor comprensión que ha ido aparejada a un mayor silencio. He tenido un primer contacto con la medicina, con la ayahuasca, que desde el momento de la toma sigue trabajando en mi interior. Os comentaré en una entrada más adelante como sigue la evolución del proceso interno. Como avance un detalle que por repetido hasta la saciedad no pierde su esencia, "nadie va a hacer por ti nada, sólo tú puedes hacerlo". Dicho con otras palabras "nadie va a ser por ti, solo tú puedes ser". Tanto una como otra asumen la dualidad, la separación como norma imprescindible a la hora de actuar y mi viaje me ha ido llevando a comprender que lo real es la unicidad, que somos uno, que la mente es única, que... Parecen informaciones contradictorias y la mente, mi mente me dice estas aceptando la no dualidad y el mensaje que recibes es que solo tú has de salir del pozo donde te encuentras. Y dejas de escribir. Y aparece la pregunta ¿Y ahora qué?
Las circunstancias de la vida te guían por un camino puramente material. Te das cuenta que ese camino no te lleva a la felicidad. Aparecen otros caminos más espirituales que pretenden integrarlo todo en uno pero tampoco te llevan a la felicidad. Un día descubres que la felicidad no hay que buscarla sino que hay que caminar junto a ella. Y en todos los casos donde parece que llegas a algo es la mente la que te echa hacia atrás y te provoca el desánimo. Y el mensaje que recibes de tu ser es o lo haces tú o nadie lo va a hacer por ti ¿Pero, qué? y volvemos al mismo callejón sin salida. ¿Y ahora qué?
La verdad que no puedo daros ningún consejo ni explicaros nada más al respecto. Mi interior ahora mismo me dice que no haga nada, que renuncie incluso a encontrar una respuesta a esa pregunta. Son mensajes contradictorios, al menos así lo entiende la mente que se mete en un circulo vicioso del que no encuentra salida. La verdad es que solo sé que no lo sé. No sé si con esta entrada puedo ayudar a alguien pero es que no encuentro otra respuesta para la pregunta, ¿Y ahora qué?

No sé.

Me he dejado una parte importante, mi alma....

Me acabo de dar cuenta de que estoy acostumbrado a controlarlo todo, es decir,  a darle el poder a la mente programada a que lo controle todo en mi vida, incluso lo que estoy escribiendo ahora con la idea siempre de que quede cada entrada quede como algo cerrado, como algo bonito y ¿como podía hablar de la mente sin hablar del alma? Pues, ....
ahora decidido que me da igual si me ha quedado cerrado, bonito, si he dejado algún cabo suelto, si tiene sentido lo que acabo de escribir, si está bien escrito o no,...

Renuncio, no sé

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