Emociones

Me siento extraño y raro.
No estoy bien en la tierra, aquí.
No estoy bien en el cielo, allí.
Siento que estoy entre dos mundos con un gran abismo entre ellos.
Ese abismo solo lo veo yo.

¿Tengo miedo a ascender?

He dejado de buscar, fuera de mi no hay nada.
La separación solo es posible en mi mente.
Mi mente humana no comprende y se defiende, crea el abismo.
Lo que siento es una creación, no soy raro, solo lo percibo así.
La percepción es una elección, es mi responsabilidad, pero no es una carga.

Esto se acaba.

Llega el momento de pasar a través de la puerta para entender que nunca hubo puerta.
No hay vuelta atrás, he aquí el miedo, es lo que me ancla aquí.
No es cuestión de trascender nada, es cuestión de entender qué soy.
La necesidad de limpiar no es necesaria, pero creo que si.
Puedo dejar a un lado las energías, las informaciones, los sentimientos, las leyes y las normas, los significados y cualquier cosa que me enganche a la separación. Todo lo que puedo sentir me separa. Me queda un último paso. El salto al vacío.
Necesito sentir ese salto para quitarme el último peso de encima, la ilusión de la separación.
Para darme cuenta que no puedo saltar a un lugar que ya soy. Cuando salte desaparecerá el abismo.
La separación dejará de ser necesaria, la ilusión de todo lo material, mental y espiritual desaparecerá.
Solo hay un obstáculo creado por mi mente, las emociones.
El salto es entender que mis emociones son los apegos a este mundo material, mental y espiritual, son los enganches a mis creencias y a mis memorias. Mis emociones se sitúan entre lo real y lo divino y me impiden ver a un lado y al otro, pero no son más que creaciones de mi mente, me separan, alimentan la separación. Cuando comprenda esto, estaré dando el último paso, estaré dando el salto. Pero no un salto por encima de las emociones pasando de ellas, tampoco venciéndolas en una guerra de confrontaciones, simplemente utilizando el mismo mecanismo que las creo, entendiéndolas.

No quiero saltar.
Pero lo haré.
Lo haré cuando todos a una queramos ser Uno otra vez.

Ahora te propongo un juego que consiste en creer que todo lo que está escrito más arriba es un mensaje que la humanidad se manda a si misma.

Soy un puente que une los dos lados que se creen separados, me comparto.

Joaquín

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