Todo está en mi

Explicar con palabras algo que solo comprendo parcialmente me resulta difícil. No es difícil porque suponga un esfuerzo, más bien se trata de encontrar las palabras más acordes a la experiencia que, tal vez, no sea describible con ellas.
La experiencia me abre a la posibilidad de que todo está dentro de mi y que ese yo que habla de mi se proyecta hacia afuera como un reflejo de lo interno. Todo lo que está afuera tiene su imagen dentro, dicho de otra manera, todo lo que veo fuera es la forma de ver lo que tengo dentro. Lo siento pero no tengo el manual de instrucciones para saber como debemos ver las cosas de fuera y menos las de dentro.

Si pongo la atención en lo de fuera como algo separado de mi, me resultará muy complicado, esta vez si supone un esfuerzo, ver nada de lo que hay en mi interior. Si pongo la atención solo en lo interno me estaré perdiendo el reflejo en el exterior y me resultará complicado verme fuera. La atención ha de estar en todo porque fuera y dentro son lo mismo, no hay separación entre lo que veo fuera y lo que soy.
Al principio digo que es algo que solo comprendo parcialmente y, esto es así por que me cuesta aún identificarme en algunas cosas de fuera como partes de mi, como reflejo de algo de mi interior, sigo viendo distancia entre lo que veo fuera y lo que soy en algunas cosas. Son esas cosas que permanecen todavía en mi inconsciente.
Cuando la consciencia sea total y me vea en todo lo que mis sentidos perciben habré despertado realmente. Este proceso no rechaza nada, más bien lo incluye todo.

Si rechazo algo, me rechazo a mi.
Si culpo a alguien, me culpo a mi.
Si odio a alguien, me odio a mi.
Si soy intolerante con algo o alguien, soy intolerante conmigo.
Si envidio a alguien, me envidio a mi.
Si veo algo bello, veo belleza en mi.
Si aprecio algo, me aprecio a mi.
Si perdono a alguien, me perdono a mi.
Si amo a alguien, me amo a mi.
Si doy gracias, me amo.
Si doy, me recibo.

No hay nada externo, Todo está en mi.

Cuando veo separación fuera, hay separación dentro, pero si lucho contra la separación lucho contra mi. Cuando me veo a mi y todo lo demás al mismo tiempo veo separación. No puedo verme separado de todo lo demás. A mayor separación, mayor inconsciencia. La separación lleva a la defensa de uno contra el otro, lleva a la lucha, no hay mayor inconsciencia que luchar para mantener la separación.

El juego de la vida es ir aumentando la consciencia y disminuyendo la inconsciencia. El juego se da en constante movimiento. Quedarnos con una imagen fija y querer mantenerla en el tiempo significa no aceptar la vida tal como es y luchar contra ella. La vida somos nosotros y aunque cada uno tenga la libertad de jugar como quiera, no aceptar sus reglas supone no aceptarnos a nosotros mismos.

Lo acepto y doy gracias por ello.

Joaquín



Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuerpo vs Mente

Notas del ser (75) Encaje

Cartas a mí mismo 8