Doy

Jo a quín

Gracias y Saludos

Hoy termino la entrada por el principio, o sea, el final de lo que vienen siendo las últimas entradas que voy escribiendo.
Empiezo jugando con un juego de palabras. Que mejor que presentarse y nunca mejor expresado, presentarse y dar las gracias antes de nada. Esto debería ser lo primero que tenemos que hacer en el momento de despertarnos a un nuevo día, dar las gracias, ofrecer al mundo todo aquello que tenemos o que sabemos hacer, que son si no las gracias, son los dones o capacidades que nos "diferencian" de los demás, a mi me gusta decir aquello en lo que nos complementamos. Las gracias son todo aquello en lo que disfrutamos, o dicho de otra manera aquello en lo que damos frutos, y estos frutos son lo que ofrecemos al mundo.

En esencia todos somos lo mismo, pero en esta vida cada uno se expresa a su manera y esa forma diferente de expresarse, de presentarse es lo que tenemos que vivir para juntos completarnos. Si yo ofrezco lo que tengo, tú ofreces lo que tienes y todos los demás ofrecen lo que tienen podemos vivir esta vida desde la experiencia completa. A eso le llamo Amor.

Las gracias se dan, no se dan en compensación a lo que dan los demás como un mero acuse de recibo. Si tú no das te completas con el no dar y sufres repitiendo los miedos del pasado o las ansiedades por el futuro. Si das poco recibes poco, si lo das todo lo recibes todo. El dar es incondicional, no das para recibir, aquí está el principal error de esta vida, todo en ella está basado en el intercambio y este se da cuando damos lo que sobra para recibir lo que falta y eso nos hace vivir desde la carencia, y si damos carencia, recibimos carencia. Nos vemos imperfectos y el mundo nos tiene que perfeccionar y más cuando aspiramos a ser lo que "el mundo" ha definido como "persona perfecta".

Todo lo que nos hace vivir desde la perfectibilidad, es decir, desde un lugar en el que todavía no somos perfectos, en el que nos falta algo para "ser", o para iluminarnos, nos separa de los demás, nos obliga a vivir desde la experiencia incompleta, nos aleja del Amor. Por eso el viaje comienza por uno mismo, dándonos las gracias y presentándonos ante nosotros de una manera total. si a mi mismo no me doy algo como puedo ofrecerlo a los demás y si yo no ofrezco todo lo que tengo no puedo vivir la experiencia completa, no puedo vivir el Amor.

No es fácil. En mi caso tengo que ser perseverante, ofrecer aunque sea de "a poquitos" todo lo que tengo y sé. Reducir el orgullo hasta su mínima expresión limitante para favorecer la virtud de la humildad y el servicio a los demás y a mi mismo y vivir esta vida desde la alegría del Amor.

Por si os queda alguna duda no suelto lo que soy, solo me voy deshaciendo de todo lo que me impedía ser lo que soy y ofrecer lo que tengo.

Vuelvo al principio del que nunca me fui, que es la vida sino, un continuo movimiento de creación y disolución.

Gracias y saludos

Jo a quín

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