El Guardián del Viaje

Hace un par de días reflexioné nuevamente sobre el orgullo y la imagen que vino a la mente fue la de un uniforme repleto de medallas. Esos uniformes de militares o policías que van llenos de medallitas y que utilizan en las celebraciones o en los desfiles para que todo el mundo las vea. Otra imagen parecida es la de las vitrinas llenas de trofeos por competiciones ganadas ya sea la de una carrera en el colegio o una medalla olímpica. El tema no es lo que se enseña sino cómo se enseña. Cada vez que nos sentimos superimportantes nos ponemos una medalla y nos la ponemos en el pecho sin tener en cuenta que al atravesar la ropa podemos hacernos daño. Después la exhibimos a todo el mundo para sentirnos por encima de ellos. NO todo el mundo que gana una medalla o un trofeo por algo lo exhibe, porque no necesita sentirse superior a los otros.  Como todo está en equilibrio las medallas que exhibimos para sentirnos superiores son compensaciones de aquellas partes de nosotros en las qu...

Buenos días Sigo con mi práctica diaria de dedicarle un tiempo para esa conversación privada conmigo mismo, con esa parte de mi, el pasajero de mi taxi, mi alma. Los mensajes se suceden y al contrario de las expectativas que haya podido tener sobre el tema no se trata de un mensaje repetitivo que llega un día tras otro hasta que haya un aprendizaje, no ha sido así, han sido palabras sueltas, una frase, palabras unidas a alguna acción simbólica, alguna me ha llevado a una reflexión y desarrollo de la idea y las otras no. Parece que no hay un orden, o sí, no lo sé. Me doy cuenta de que los mensajes son continuos en espacio y tiempo pero al focalizar mi atención sobre el taxista o el taxi parece como si no hubiesen mensajes. Al cambiar el foco de mi atención al pasajero el mensaje fluye y puede ser cualquier cosa ya que el pasajero no entiende de espacios ni de tiempos y los mensajes son emitidos todos a la vez, por ello el mensaje puede verse sin sentido en el momento de rec...

Hace unos días comente entre amigos una forma de entender como cuerpo, personalidad y alma van en una dirección u otra dependiendo de quien mande en ese momento.  Asocie la imagen del cuerpo con un taxi, la personalidad como el taxista y el pasajero como el alma. El pasajero dice donde quiere ir pero dependiendo del taxista y el vehículo se moverá por donde quiera. Muchas veces el pasajero hace sugerencias pero el taxista prefiere discutir con otros taxistas en lugar de aceptar lo que le dice el pasajero.  Está claro que la información que viene del pasajero no llega por por el canal más utilizado pero cuando lo hace usa canales directos que no pasan por la mente y, por supuesto, sin los filtros de la personalidad. Es, después, la personalidad quien interpreta esa información y muchas veces la desvirtúa. He tomado la decisión de consultar cada mañana apenas me levante con mi pasajero y escuchar lo que tenga que decir. Los dos últimos días los mensajes han sido: De...

En el Facebook hace unos días me llegó algo compartido por un@ de mis ami@s que me ha hecho reflexionar. Mirar hasta donde llega este mundo de comparaciones y competencias que no podemos vivir sin tener enfrente un "enemigo", alguien a quien ganar en las disputas del día a día. Y si no hay nadie o nada a lo que enfrentarse hemos de ganar la batalla en nosotros mismos, la eterna lucha del ego y el alma, el "bueno" y el "malo". La imagen compartida decía: "Ser importante es del ego. Ser feliz es del alma" Conclusión: Nadie puede ser feliz si se considera importante porque el ego es malo y solo el alma puede conseguir la felicidad. Mensajes como estos mantienen la lucha constante en nuestro interior por ver quien de los dos gana ego o alma. Esta lucha se proyecta fuera creando conflictos donde no existen. ¿Cuando nos daremos cuenta de que participamos en todas las guerras que se dan en nuestra realidad? Ego y alma o personal...