Vida prestada

Hola a tod@s

Vivo unos días donde el ser y el estar no confluyen en uno. Le podéis llamar depresión, bajón anímico, crisis existencial o noche oscura del alma, como queráis. Es una situación de cambio al que me resisto.

Descubro en mí una falta de ganas por la vida, nada me mueve ni siquiera mi familia. No, tranquilos, no es un punto de salto ni una situación de no querer vivir, no. tal como lo veo y, supongo influido por mi estado anímico actual, es una situación donde nada me llena, mi vaso se ha dado la vuelta y nada entra en su interior, mientras el propio vaso se resquebraja, esta vez desde el interior. Hasta ahora los objetivos más grandes que movían mi vida se habían convertido en otros más pequeños y cotidianos que me mantenían en movimiento, aunque fuese una ligera brisa, pero estos días nada externo mueve nada, todo ha perdido importancia, nada me afecta, pudiera entenderse como una situación de paz pero la sensación interna es de presión, como una olla, un volcán que escupirá su lava tan pronto como se agriete la corteza terrestre. Algo está por salir y tal como maneje la situación dará luz a algo para cumplir su propósito o repetirá lo ya vivido.

Tengo la sensación que ya he vivido situaciones similares y que, si se está volviendo a dar, y veo por como lo siento cada vez más fuerte, que mis decisiones no han ido en el sentido propuesto por mi alma. De alguna manera he estado al borde del mismo precipicio pero por miedo me he agarrado en última instancia a algo que no me ha dejado caer, o simplemente no he llegado a saltar.

¿Me falta fe, confianza? No sé, no llego a vislumbrar lo que hay detrás de esa fe o confianza, si es que hay algo, pero ese algo me empuja a saltar, no es falta de fe, hay algo más.

Utilizo el título de vida prestada porque es la única manera como puedo entender lo que es la vida. El espíritu utiliza el alma para expresarse y ésta utiliza la vida en un cuerpo como un avatar para que se materialice esa expresión en la vida física. Como alma tengo una vida prestada para expresarme y no lo estoy haciendo, el préstamo lo tengo que devolver sin haberlo usado para el propósito para el que encarné.

El viejo vaso debe romperse para nacer otro o tal vez no sea necesario un nuevo vaso.   

¿Por qué me resisto a romper el vaso?

Necesito romper con mi vida, con mi actual yo, quitarme esta piel que me impide moverme, que me impide no verme.

Siento escalofríos, tal vez, no me veo, no me ven porque no estoy, no me ven porque no estoy siendo. He dejado de jugar la partida para que me den cartas nuevas ¿He tirado la toalla?

En mi está la decisión.

Os cuento en una próxima, porque habrá próxima, ¿no?


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