Consciencia vs tiempo



Escuche en televisión el otro día que cada persona tiene un tiempo diferente en el que suceden las cosas. Lo que para uno pasa incluso desapercibido, para otro puede ser eterno.

Siempre había pensado que la percepción del tiempo dependía de la atención que prestamos al propio tiempo y menos de lo que estaba sucediendo. Parece ser que hay estudios que dicen que es la consciencia la que determina la percepción del tiempo. Cuanto más conscientes estamos de lo que está sucediendo, más lento transcurre el tiempo. A más consciencia, más información y más posibilidades de tomar decisiones al respecto. Esa mayor consciencia hace que el tiempo se perciba más lento. La atención a una sola cosa hace que percibamos más aspectos de esa cosa. No os ha pasado que alguien es capaz de describir una situación durante horas y otro la define en un par de palabras. La importancia que tiene para una persona lo que esté sucediendo va a hacer que fije toda la atención en ella, consiguiendo que el tiempo sea percibido en su totalidad y no solo una cosa que sucedía mientras sucedían otras cosas. Cuando la situación es de peligro y podemos a tender a lo que sucede y no a la emoción que surge de ella, podemos ver y percibir casi a cámara lenta el acontecimiento. Sin embargo si nuestra mente viaja hacia el pasado o hacia el futuro nos bloquea la atención hacia el miedo, ahí la intensidad de la emoción es la que marcará la percepción del tiempo. Aún así podemos dejar a un lado el miedo y sentirlo a la vez que percibimos lo que sucede, siendo consciente de la emoción somos conscientes de lo que la genera, el tiempo pasa a segundo plano y se ralentiza. 

No somos conscientes del tiempo sino de lo que sucede en él en ese instante. La atención a lo que está sucediendo en ese momento nos hace consciente de ello. A mayor atención, mayor consciencia y la percepción del tiempo desaparece. Después podemos recordar el momento y ver lo que sucedió con el tiempo. En cada instante podemos atender un suceso, después otro y otro más tarde. No me cabe ninguna duda que para que esto sea posible nosotros, más concretamente, nuestra mente debe estar presente. Tanto la situación como las sensaciones y las emociones deben darse en el mismo momento y ser conscientes de todo a la vez. Cuanto más concreto sea el foco de atención, más información obtendremos. 

Al final toda la vida se reduce a vivir conscientemente cada momento. Consciencia y vida van de la mano, me atrevería a decir que una sin la otra no pueden existir. Siguiendo con el juego de palabras:

Para existir debes ser consciente de que estás vivo, no basta con pensarlo 

Para estar vivo debes ser consciente de que existes 

Para ser consciente debes estar vivo, existir

Existencia, vida y consciencia. Son las puntas de un triángulo en cuyo centro está el Ser

Si os dais cuenta en ningún momento cito al tiempo, este sólo indica el ritmo, la velocidad en la que nos movemos. El punto máximo, si lo hubiera, de consciencia, de vida y existencia nos lleva al tiempo que no se mueve, el tiempo eterno, la eternidad. La mayor consciencia del tiempo nos aleja de lo que sucede, de la vida, en definitiva. A más consciencia del tiempo, mayor será la velocidad, tendremos la sensación de que pasa muy rápido y que nos perdemos la vida. Pensar en pasado y futuro incrementa esa velocidad, la percepción del paso del tiempo es todavía mayor.

Dicen los mayores que el tiempo se acelera al cumplir años y es verdad, porque nos vamos alejando de la vida, dejamos de ser conscientes del presente y nos enfocamos mucho más en el pasado, sobre todo en aquello que no hicimos o en lo que hicimos mal para enfocarnos hacia un futuro cada vez más corto con la idea de hacer lo que no pudimos hacer o corregir lo que consideramos que hicimos mal. Nos desenfocamos de la vida, nuestra atención se separa de la existencia y la consciencia se debilita, el tiempo multiplica su frecuencia y la percepción del mismo es cada vez más rápida, mientras que nuestro cuerpo se va empobreciendo. 

El otro extremo es el momento del nacimiento a esta vida donde la consciencia es máxima, un bebe sólo debe tener en cuenta llamar la atención de los demás para recibir alimento, es su único foco de atención. Los niños cuando juegan solos o con otros niños solo hacen eso jugar. Con el tiempo, nunca más utilizaré esta expresión con un significado más pleno, como decía, con el tiempo, o dicho de otra manera con una mayor consciencia en él vamos disminuyendo nuestra consciencia en la vida y en la existencia, dejamos de ser para convertirnos en eso que creemos ser, el homo estresatus.  

El hombre estresado teme cada vez más a la muerte porque la considera el fin del tiempo y se empeña en vivir cada vez más rápido para "vivir más". En eso se ha convertido la vida en una lista de cosas que hay que caer entre el nacimiento y la muerte cuando la única cosa importante que hay que hacer es vivirla. Para eso nos hemos dado la existencia y la necesidad, la verdadera necesidad de la vida, es ser conscientes de ella. Aunque resulte paradójico a más consciencia más tiempo para vivir.

  

La felicidad es lenta


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