2014, los tres caminos

De vuelta por aquí en un año nuevo, aunque siento que nunca me fui.
En realidad no pude irme porque no hay ningún lugar a donde ir. 
Tuve la experiencia de que no estaba aquí pero sé que solo puedo estar donde soy, y ese lugar es aquí.
Mi conciencia siempre estuvo, está y estará aquí, en cambio mi consciencia ha creído no estar.
No, no fue la consciencia la que creyó irse, fue la creencia la que viajó.

Las memorias son las que creen y crean la distancia y el tiempo. Son ellas las que mueven a la consciencia y se renuevan ellas mismas actualizando la creencia de que existe ese movimiento.

Un año nuevo, un número nuevo, un aquí y un ahora nuevo. Necesitamos que sea nuevo porque creemos en el tiempo y, para ello, redecoramos el aquí y el ahora para que parezca nuevo. En realidad es una ilusión, no hay nada nuevo, solo cambia la forma. La esencia es la misma, no cambia.

Siempre tenemos tres caminos:

1ª- Seguir creyendo que estamos viviendo un nuevo año con la creencia actualizada para repetir los mismos errores que el año anterior que, dicho sea de paso, también fue nuevo en su momento y volver a representar la misma obra pensando que es un nuevo estreno.

2ª- Seguir creyendo que estamos viviendo un nuevo año con la consciencia de que las creencias y memorias son solo eso y que este "nuevo año" podemos vivirlo de manera diferente. Volvemos a representar la misma obra pero somos conscientes de que somos el director, el protagonista, el público y el acomodador al mismo tiempo y que podemos vivir tal como deseemos en cada momento.

3ª- Dejar de creer en el tiempo y saber que en la vida no hay necesidad de representar nada, ni siquiera presentar nada, donde lo único que cabe es ser lo que somos. Sin tiempo no hay necesidad de elegir.

Solo existe una elección a realizar en la vida. Escoger uno de los tres caminos y una vez escogido seguir el guión de la obra, crear el guión de la obra o ser el guión y la obra.

La primera opción repite los mismos momentos felices y también los mismos momentos infelices por que todo está escrito, no hay elección, solo está permitida la repetición. No hay consciencia y la conciencia se reduce a lo que se hace en cada momento como un autómata. Las expectativas siempre se cumplen tanto las positivas como las negativas. El tiempo obliga a la repetición.

La segunda opción crea los momentos que queremos pero marcados por el tiempo, igual que empiezan, acaban, pasando de la felicidad a la infelicidad gracias al tiempo. Cada acción tiene su reacción y las expectativas no siempre se cumplen. En esta opción son las elecciones las que se repiten. El tiempo obliga a la elección. La conciencia se amplia. Aparece la consciencia que nos hace darnos cuenta de cada aquí y ahora en un tiempo continuo que obliga a elegir en cada momento.

La tercera opción no repite ni crea, solo es, no hay principio ni final solo es: felicidad. No hay necesidad de elegir. Al no creer en el tiempo, no hay movimiento, estar y ser son lo mismo. Conciencia y consciencia se unen en una única experiencia.

Tú aún puedes elegir.
Si, tú al que llaman Joaquín y te haces llamar el Guardián, tú aún puedes elegir uno de los tres caminos para vivir la vida.

¿Y tú, ya has elegido?



Gracias por recordarme lo que soy.

Os amo, me amo.

Joaquín
    

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