Desde donde miras II

No puedo afirmar rotundamente que lo que escribo sea cierto y sea la verdad, siempre he dicho, y en esto si que me reafirmo, que lo que comparto forma parte de mi interpretación de lo que voy integrando en mi y que pudiera ser parte de la verdad. En cualquier caso es mi verdad actual, aunque esto último pueda verse modificado en otro momento porque mi comprensión sea otra, bien por matizaciones de la anterior, o bien por nuevas aportaciones que la borran. 
Vaya por delante que parto de la premisa de que no sé lo que es la verdad y que me seria imposible explicarlo con palabras en el caso de que supiera algo.

Venimos a este mundo a jugar desde la experimentación, a conocernos y a saber de nosotros. Venimos de un Todo y para poder saber de nosotros nos tenemos que separar. Solo algo separado puede saber de si mismo y, para ello, no solo necesito separarse sino que haya otros que hagan de espejo para poder verse. Para facilitar el juego reseteamos las memorias para que sea un inicio nuevo cada vez. A partir de ahí jugamos entre nosotros y cocreamos este mundo. Las percepciones de nuestros sentidos nos dan una interpretación de lo que esta pasando y en base a las experiencias que vamos teniendo vamos conformando las memorias. El pasado está formado por las memorias donde yo sitúo las emociones, éstas se van a manifestar físicamente en unos sentimientos y sensaciones en el presente que, a su vez, van poner en marcha los pensamientos que se proyectan hacia el futuro dando lugar a acciones. Los pensamientos cierran el ciclo al originar con las acciones nuevas emociones que darán paso a nuevas memorias o a reforzar las existentes que llevaran a nuevos sentimientos y a nuevos pensamientos con nuevas acciones creando un ciclo sin fin mientras estemos en este mundo. En ese proceso continuo de creación constante se desarrolla el juego de la vida.
En el juego de la vida hay siempre casillas que te permiten salir del bucle creado moviéndote a otras casillas o ascendiendo a otros niveles de conciencia, todos podemos utilizar esos atajos o puertas aunque a veces parecen saltos al vacío que dan mucho miedo, pero eso forma parte del juego.

En la entrada anterior mirar hacia afuera sería mantenerte en el ciclo continuo descrito antes sin moverte de la casilla donde estés. Mirar hacia adentro te permite avanzar por el tablero dando saltos de un ciclo a otro, de una casilla a otra. Mirar desde dentro es darte cuenta de los atajos y puertas que te dan opción de pasar a otro nivel de conciencia más amplio que el anterior. Cada nivel tiene su punto central o cero desde el que mirar. Mi experiencia actual me dice que igual que hay atajos para ampliar conciencia también los hay para reducirla volviendo a situaciones anteriores ya conocidas, incluso creo que esto es bastante habitual y no solo me sucede a mi. Puede darse el caso también de estar en un nivel en un ámbito o parte de la vida y en otro nivel para otra parte. El juego lo vamos complicando hasta el momento que decidimos abandonarlo para iniciar o no otro nuevo. 

Me gusta exponerlo como un juego porque es más fácil para mí, le quita hierro al asunto.

A muchos de nosotros nos da por ser más autodidactas y vamos por libre mientras que otros se ayudan entre ellos para seguir el juego. Esto no es que unos sean más que otros o mejores, solamente que unos jugamos de una manera y otros de otra, siendo todas ellas válidas. Yo, por ejemplo, al no pedir ayuda puedo estar más tiempo que otros en la misma casilla y, aunque también pueda ver más fácilmente los atajos o puertas es posible que vuelva a casillas anteriores porque no haya nadie que me diga que por ahí no se va sino que se vuelve. Así que no me pongo ninguna medalla por esto.   

Durante el juego van a aparecer personas que te van a ofrecer ayuda o a los que puedes pedir ayuda. Estas personas te ayudarán o acompañarán en el juego pero solo tu vas a avanzar o tomarás un atajo o preferirás quedarte en el ciclo continuo de la casilla donde estés. La decisión siempre es tuya y nadie puede tomarla por ti.
Si la situación te lleva a manifestar una enfermedad no debes tomarla como algo malo que forma parte de la vida sino como una llave para salir de ahí, donde te has metido tu solo encerrado en un bucle continuo.

Observa lo que te rodea, mira un poco más allá y pregúntate si estás realmente dando vueltas, repitiendo una y otra vez lo mismo como una noria. Ahora mira también si hay algo más, muchas veces son detalles a los que no les damos importancia y piensa si te podrían sacar de la repetición. Siempre están ahí, unas veces se presentan como personas, otras como objetos, otras son mensajes, otras son sensaciones,... Todo está manifestado desde tu inconsciente que como parte de ti también crea. Eres tu quien desde el nivel de conciencia en esa situación tienes el poder de decisión de si tienes en cuenta esos detalles o no.

Los ciclos pueden reducirse hasta quedar en un único punto donde todo es posible al mismo tiempo, donde emoción, sentimiento y pensamiento son lo mismo y nada a la vez, donde solamente eres uno con todo lo que te rodea y donde no es necesario moverte porque todo está en ti. Ese punto es el de nuestra alma que se siente unida a las demás almas y, en definitiva, a todo. Lo que une es el amor y lo que se siente es felicidad. La felicidad en el vacío de la plenitud, donde todo y nada son reflejos de ella misma, donde el cero es el punto de conciencia total. Aquí el juego no existe.

Hasta llegar ahí, que es el verdadero retorno a casa, vamos pasando por diferentes niveles de conciencia donde lo inconsciente va menguando en favor de lo consciente, donde el sentimiento de unidad va creciendo hasta la plenitud total. 

Da igual donde te encuentres ahora, lo importante es que vivas el momento desde la consciencia máxima posible de tu nivel de conciencia actual. Cuanto más cerca de tu cero estés más cerca estarás de ti. 


No dejes de mirar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuerpo vs Mente

Notas del ser (75) Encaje

Cartas a mí mismo 8