Padres e hijos

A propósito de la relación entre padres e hijos y enlazando un poco con lo comentado ayer os comparto lo que sigue. Para los que no han leído el post de ayer les recomiendo que lo hagan para seguir con este.

Los niños que en su infancia no tuvieron la suerte de aprender a amar o suspendieron en este tema se convertirán en padres que se sienten incompletos que, a su vez, intentarán completarse a través de los hijos creando una relación de dependencia con derechos y obligaciones, así los hijos deben cumplir las reglas y condiciones que los padres les imponen ante las que los hijos tarde o temprano se rebelarán incumpliéndolas o las seguirán a disgusto. Más tarde cuando salgan de la casa crearán sus propias reglas y condiciones que en un futuro deberán cumplir sus propios hijos. De esta manera todos, padres e hijos, repetirán las mismas historias. No solo se repetirán los pensamientos sino también los comportamientos ante situaciones similares, incluso esa repetición se va a dar también a nivel físico, es decir, que se podrían repetir enfermedades. 
Los que tengáis hijos seguro que os habéis descubierto pensando, diciendo o haciendo lo mismo que en otro momento os disgustó de vuestros padres.

Un ejemplo:

Una hija adolescente le dice a su madre:
- mama quiero estudiar historia, 
y su madre le dice
- hija eso no tiene salida, mejor estudia otra cosa. 
¿Les suena de algo?
En un momento de inspiración en el que la hija le traslada sus intenciones, estas son cortadas de raíz dejando a la hija totalmente decepcionada por la falta de apoyo de la madre. Ahora la hija puede tomar un camino de rebeldía y no hacer nada de lo que le proponga la madre con los conflictos entre las dos que eso va a generar, o seguir lo que le diga la madre sin rechistar con la infelicidad que esto le va a aportar a partir de ese momento. Como es lógico ante los conflictos o la infelicidad la hija va a buscar fuera lo que no tiene en ella misma por la falta de autoestima, ni en casa por la falta de autoestima de la madre, iniciando un ciclo que se repetirá una y otra vez si alguien sea padre, madre, hijo o hija lo rompan.

Sigo teniendo pendiente la charla con mi hija que os contaba ayer pero tengo mis dudas todavía, posiblemente un poco de falta de autoestima por mi parte, pero tengo claro que tal como Edward Bach habla en el capítulo 5 de su libro Cúrate a ti mismo la tarea de los padres es acompañar, proteger y guiar con amor: 

El servicio de la paternidad es un servicio divino, y se debería respetar como tal, o incluso más, que cualquier otro deber que estemos llamados a desempeñar. Aunque es sacrificado, siempre debemos tener presente que al niño no se le debe pedir absolutamente nada a cambio, porque el objetivo es exclusivamente dar, y solamente dar, cuidadoso amor, protección y guía hasta que el alma se encargue de la joven personalidad. Desde el principio se le deberá enseñar independencia, individualidad y libertad, y tan pronto como sea posible se deberá alentar al niño a pensar y actuar en la vida por sí mismo. Poco a poco se debe renunciar a todo control paterno a medida que se vaya desarrollando la capacidad de valerse por sí mismo, y más adelante ninguna restricción o ninguna falsa idea del deber deberían obstaculizar los dictados del Alma del niño.

Con mis hijos lo intento, no los quiero, los amo.

       

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