Te quiero

Me he propuesto escribir todos los días y lo voy a hacer por unos días a ver que pasa.

Esta mañana mi mujer, en una conversación matutina mientras empezaba a abrir los ojos después de sonar el despertador, me dice que nuestra hija le ha comentado que yo no le digo que la quiero, que sabe que sí la quiero pero que no se lo digo. Mi comentario al respecto, casi como un resorte, ha sido que decir te quiero a una persona que está esperando que se lo digan alimenta su ego.

Después he seguido reflexionando sobre el tema y os lo comparto:
El ego es una parte de nosotros que vive separado de los otros egos. Se siente separado y entiende su separación como una defensa ante el exterior, de ahí los miedos, los apegos y las expectativas. Como no se siente completo piensa que lo externo lo ha de completar. En el tema del inicio mi hija que está en pleno proceso adolescente y de individualización entiende el mundo como yo y los demás en competencia constante. Por tanto, los demás le han de decir que la quieren para ella sentirse bien y completa, cuando no es necesario, ella ya es completa aunque no lo sepa. Si yo le digo que la quiero tal como a ella le gustaría estaré reforzando su separación. Intento que no entre en el juego competitivo sino en el cooperativo, pero es evidente que no soy su única fuente informativa. 

Pienso tener una charla con ella y comentarle mi punto de vista. Ella me dice muchas veces si soy psicólogo, cosa que no es cierta. Le voy a explicar que no necesita que le digan que la quieren y que la única persona que necesita que se lo diga es ella misma. Una vez que ella se quiera de verdad no va a necesitar que los demás se lo digan. Se reforzará su autoestima, su amor propio que es muy diferente de su querer propio. Si deja de necesitar que le digan que la quieren muchos de los miedos, apegos y expectativas desaparecerán de su vida.

Por otro lado si que tengo una deuda con ella, y no hablo de la charla, sino que, aún siendo cierto que no le digo que la quiero, más cierto es que no le digo que la amo y eso, aunque no lo necesite si que quiero que lo sepa.

Entre querer que es necesitar y amar que es darse y recibirse elijo amar.

Esto que he comentado deberíamos estudiarlo y aprenderlo como asignatura en el colegio, en el instituto y en casa. Y debería ser imprescindible obtener una matrícula de honor para pasar a otras cosas pero, no solo no la estudiamos sino que si lo hemos hecho ha sido con un simple aprobado o con un suspenso, y así nos ha ido en la vida, donde el querer ha sustituido completamente al amar.


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