El tapón

Desde hace unos días me siento liberado de una carga, más ligero, incluso me han llegado a decir que me ven más delgado, cosa que no es cierta al menos por el peso, pero no sabría decir si ha habido una reducción real de volumen. Mirando más allá de lo físico sí que ha habido una descarga, un soltar lastre muy importante. Me he quitado un tapón que evitaba mi conexión directa con arriba. Mi corazón ha vuelto a fluir con el corazón cuántico. Todavía tengo que asimilar esta novedad. De momento esta conexión la veo como la desaparición de muchos apegos y necesidades y una conexión fluida con el campo de información, ese corazón cuántico en el que se encuentran todas las posibilidades y líneas de vida.
Esta mañana yendo al trabajo mientras conducía he visualizado cómo podría ser el tapón y me he visto en un pozo en el que caí hace mucho tiempo con un conjunto de ramas y tierra que habían caído sobre mi y que no me permitían salir a la superficie.

Algo en el pasado que resultó traumático me hizo caer al pozo y lo olvidé. El pozo es tubo transparente que me permite ver otras personas en sus respectivos pozos. Cada uno es diferente en diámetro, en profundidad y en espesor de la pared en función de lo que pasó. Ese trauma lo vivimos personalmente y en soledad. Como podemos ver a los demás a través de las paredes no pensamos en nuestro pozo y tampoco en el suyo. Lo que nos hizo caer se va olvidando poco a poco. Durante mucho tiempo creemos que vamos avanzando porque va cayendo tierra dentro del pozo y nos permite ascender, algunos consiguen salir a la superficie aunque eso no implica no volver a caer en el mismo o en otro pozo. La vida nos plantea otra vez los mismos retos para ver si somos capaces de salir. Nos empeñamos en no verlo y empiezan a caer ramas, hojas, tierra y más tierra que se quedarán por encima de nosotros creando así el tapón. Por más que ascendamos por el pozo nos encontraremos con el tapón, si es débil lo romperemos, pero si es fuerte, el del orgullo es parecido al hormigón, no podremos traspasarlo. En ocasiones en el pozo también entra el agua que va deshaciendo el tapón y si lo aprovechas puedes encontrar la manera para tirar de alguna rama que lo deshaga. No es fácil darse cuenta porque andamos dando vueltas en el pozo y no miramos lo que tenemos encima. Solo podemos imaginar como es el mundo de afuera, no deseamos otra cosa, pero mientras lo hacemos solo damos vueltas. Cuando vemos a otros dando vueltas pensamos que tenemos que hacer lo mismo y no nos damos cuenta de que no seguimos allí, sólo repetimos lo que los otros hacen.

En mi caso tenía un tapón importante que se había desecho un poco por el agua pero seguía sin verlo. Algo pasó que vi la rama que lo sostenía todo. La aceptación de que solo yo había puesto esa rama ahí, al pensar que dando vueltas sería capaz de salir; no miraba y, por supuesto, no veía, no me veía haciendo lo mismo que los demás y lo peor es que quería que los demás hicieran lo mismo que yo. Cuando me vi en ese punto, respiré y tire de la rama. El tapón cedió completamente y, tras él, la luz del sol, Estaba muy cerca de la superficie, pero no lo sabía. Lo sabía todo, pero eso no. Salir fue de lo más fácil ya que el pozo se tapó con el propio tapón, no era demasiado profundo. Ya no volveré a caer en el mismo pozo. tal vez, vendrán otros, pero ese ya no.

Me invadió una sensación de ingravidez, como si flotara. Doy gracias a tod@s los que estando en vuestros pozos o fuera de ellos habéis echado en el mío un poco de vuestra agua. 
Aceptación y gratitud. Ahora siento que puedo ser yo el que eche agua a otros pozos o el que sople para evitar que les caigan ramas. 
Ahora veo que siempre ha habido personas que han estado ahí para evitar que se formase el tapón o echando una cuerda para que saliera, pero siempre había pensado que yo podría hacerlo solo, aunque no lo conseguía, en su lugar ponía otra rama más sobre mi cabeza.

Para los que, llegado hasta aquí, necesiten alguna explicación les diré que los pozos son producto de los miedos originales, abandono, soledad, separación, no me quieren,...  Son más profundos y estrechos en función de la sensación de incapacidad y baja autoestima que tengamos. Y, el tapón solo es producto de nuestra mente, la comparación. Cuanto más especiales nos sintamos, o en el otro extremo, mayor sea la necesidad de parecernos a los demás vamos a generar más y más ramas. El orgullo y los demás pecados capitales, frutos de la comparación, impiden ver el problema y, por tanto, la solución.

Como dije en otro post, acepté mi don, y el tapón desapareció, me ayudó a salir. 
Estoy fuera, estoy en mí.    

Abracicos

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